De Madrid a Roma: un Erasmus que cambia vidas

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Estoy seguro de que muchos de vosotros estáis esperando el momento de que por fin llegue vuestro tan esperadísimo “Erasmus”. Algunos incluso habrán escogido el Instituto de Empresa como universidad por sus numerosos convenios con universidades prestigiosas del mundo. No os culpo: tras haber realizado mi Erasmus en Roma, puedo decir que es una experiencia que recomiendo a todo el mundo.

Lo que nadie os cuenta es el proceso de selección de la universidad o de destino de dicho Erasmus. Puede resultar un tanto estresante, preocupante e incluso desesperante. No obstante, merece la pena. En mi caso personal, escogí Italia mayoritariamente por dos motivos:

  1. El idioma.
  2. La posibilidad de visitar Italia.

Gracias a Dios, tuve la gran suerte de poder cumplir con mis dos expectativas previas al viaje. Lo que no sabía es que volvería de allí habiendo vivido una experiencia que fue, sin duda, de las mejores de mi vida. 

El vuelo de Madrid a Roma, el cual, cabe destacar, no es demasiado largo, se me hizo cortísimo. El tiempo me pasó volando puesto que estaba expectante por llegar. Por el contrario, el viaje de vuelta se me hizo eterno… y mira que duraron lo mismo. 

Nada más llegar, me recordó a Madrid, una ciudad llena de vida, de gente, de ruido. Hace calor, no sé por dónde he de ir, no acabo de acostumbrarme al idioma. Consigo salir de la estación y me dirijo a lo que, durante los próximos cuatro meses, va a ser mi nueva casa. 

Una vez establecido, tengo pocos días para familiarizarme con el entorno. La universidad ya va a empezar. Me prestó ver que era un “IE Italiano”. Ahora bien, por similar que pudiese llegar a ser, como es lógico, al tratarse de un país y una cultura diferente, lo académico es diferente. Allí las notas son sobre 30, tienen una gran preferencia por los exámenes orales y ofrecen una variedad de fechas para los exámenes, de las cuales el estudiante escoge la que más le conviene.  

Tras unas semanas, ya me considero medio italiano. Me sumerjo en la cultura italiana, en su comida, tradiciones y estilo de vida. La comida es espectacular, el tiempo magnífico y la ciudad preciosa. Al haber salido de mi zona de confort y obligarme a vivir solo en una ciudad en la que, a priori, no tengo familia, uno se vuelve más independiente. Toca cocinar, aprender a adaptarse y mejorar las habilidades de comunicación o morir. Mentira, no os preocupéis. Tardé poco en darme cuenta de que, en Roma, hay muchísimos estudiantes de Erasmus, de los cuales muchos son españoles. 

Allí conocí a mucha gente de diversos sitios, casi diría que conocí a más extranjero que italianos como tal. De las amistades que se hacen, algunas son de por vida. Tuve la suerte de vivir con una gran persona que, a día de hoy, se ha convertido en uno de mis mejores amigos. Jamás pensé que el Erasmus me aportaría eso. Y aquí estoy, un año más viejo, parlando italiano y con un amigo de por vida. 

Considero fundamental para cualquier estudiante la importancia de las redes internacionales que ofrece el Erasmus, tanto para el crecimiento personal como profesional. 

En definitiva, es una experiencia completamente recomendable. Te hace crecer como persona y aprendes mucho más de lo que crees. La vida te sorprende, sólo tienes que darle una oportunidad. 

Y con esto y un bizcocho, os dejo mi primer y único poema serio que redacté estando allí para así poder considerarme un poeta incomprendido. Espero que os guste, se titula: 

Roma, mi amor

Roma, mi amor, tu grandeza eterna,

Ostenta el Coliseo tu belleza interna, 

Mitos y héroes en cada rincón, 

Aroma a historia es tu pasión. 

Arte y cultura son tus dominios, 

Mosaicos de entrañable elocuencia, 

Olivos ocultando secretos divinos,

Roma, mi amor, tu grandilocuencia.

Mariano Eduardo Abad Colino
Mariano Eduardo Abad Colino
Yo sólo sé que no sé nada. La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.

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