Ella estĆ” ahĆ.
Yo la he visto.
También tú la has visto.
Ella nos cuida.
EstƔ en la montaƱa,
recostada,
esperando por aquel caballero,
que ni tĆŗ, ni yo,
lo hemos visto.
El caballero que algĆŗn dĆa se fue
a ser un hƩroe
o a ser un prófugo.
¿Quién sabe?
El caso es qué nunca regresó,
y parte de Ella,
tampoco regresó.
De eso, tĆŗ y yo estamos como testigos.
SĆ, tĆŗ y yo
porque la vemos todos los dĆas
en las montaƱas de Segovia.
La vemos con sus pronunciadas curvas,
cuidando las puertas de Segovia.
La vemos inmóvil
y siempre atractiva.
O quizƔs solo vemos
una mujer muerta
que alguna vez amó mĆ”s de lo que debĆa.
Me pregunto cómo se llamarÔ.
ĀæSerĆ” Ella?